Contemplando
un
hermoso atardecer
sentí muy
dentro de mi ser,
al Señor,
deseos de agradecer
que mis
ojos pudieran ver
sus
maravillas por doquier.
pude
traer a mi mente
mis más
gratos pensamientos,
recuerdos
de amores inolvidables
y pude
sentir dentro de mi ser
una
agradable sensación
de paz y amor.
me
pregunté una y otra vez,
¿por qué
algunos hombres
en Dios
no han de creer?
Si la
naturaleza es fiel evidencia
de que su
existencia es verdadera.
Le rogué que iluminara
el
corazón de aquellas almas,
en las
tinieblas no se pierdan
la luz en
ellas resplandezca.
lo que mi
corazón
sintió aquella tarde,
mientras
el sol me sonreía
tras las
montañas ocultándose.
se asomó
y me saludó
con una
tierna sonrisa.
27 enero, 2016
Inolvidable Atardecer
Suscribirse a:
Entradas (Atom)