Conocerte es lo mejor
que me ha pasado,
ya no me siento afanado,
mi vida he dejado en tus manos
y en ti vivo confiado.
¡Señor cuanto te amo!
Amarte y vivir para ti
me hace sentir que estás aquí.
Aunque a veces
me visita la soledad,
en el fondo lo sé
a mi lado tú estás.
No me abandonas
ni me abandonarás
aunque tenga que sufrir
en la adversidad.
¡Señor, cada día te amo más!
Llévame siempre de tu mano
jamás permitas
que me aparte de tu lado.
Yo sin ti soy como aquel árbol
que sin hojas y sin frutos
ha quedado.
Ya no lo visitan los pájaros
con su alegre canto
ni lo adornan las flores
con sus fragantes olores
y hermosos colores.
¡Oh Dios, no me abandones!