Estaba extasiada
llena de nostalgia,
sentada en una roca
en plena madrugada.
Unas lágrimas
por sus mejillas rodaban,
lágrimas de una dama
alguna vez maltratada.
Leí sus finos labios
que susurraban:
otra vez enamorada,
no quiero ser burlada.
A pesar de su tristeza
lucía elegante y bella
como aquella luna llena
que iluminaba sus penas.
Astro testigo
de los besos que nos dimos.
Surgió el deseo inefable
embriagarnos de amor
fue inevitable.
fue inevitable.
Muy bueno. (te sigo)
ResponderEliminarGracias, un cálido abrazo.
ResponderEliminarMe encantó..❤️
ResponderEliminarGracias 💖 Un cálido abrazo para ti.
EliminarMuy emotivo Felicidades
ResponderEliminarGracias por el apoyo.
EliminarHermoso
ResponderEliminar👍
EliminarQue bello poema
ResponderEliminar👍
EliminarBello muy Bello vuestro poema. Gracias por compartirlo
ResponderEliminarEs un placer compartir mis escritos.
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